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La mujer, un enemigo a vencer

11/25/2009

NotiColombia Press

La mujer es triplemente explotada en la sociedad capitalista. En el trabajo, en la casa, y sexualmente. Si a ello le sumamos que es el blanco de la violencia de pareja, la situación se torna más dramática, y much´simo más cuando hablamos del conflicto interno colombiano.

Es sabido que en la primera forma, en el trabajo, la mujer experimenta la violencia machista de los patronos y, por ignorancia, de sus compañeros de trabajo. Mucho se ha escrito sobre el tema y los artículos pululan, mas sin embargo se siguen repitiendo a diario los casos de violencia a la mujer de parte de hombres que no sólo muestran ”su poderío” en las diferencias de salario, sino también en acoso sexual, como el sufrido por una agente de policía en el departamento del Magdalena de parte del comandante, un Coronel, que la presionó y amenazó con dañar su hoja de vida si no accedía a sus peticiones, lo que al final logró convirtiéndola en su amante.

En la sociedad capitalista el ”macho” es el macho. Y como ”macho” no le compete nada de los oficios de la casa. Así nos educaron, así nos siguen educando. Incluso las mismas mujeres siguen enseñando a sus hijos varones que un ”macho” no se mete en esas cosas de mujeres. Es la dominancia del patriarcado que ha imbuído nuestras neuronas hasta el máximo y quizá sólo cuando desaparezca el capitalismo de la faz de tierra desaparecerán sus secuelas. Pero los revolucionarios, los de verdad verdad, debemos ir a diario haciendo esfuerzos para vencer esa tara hereditaria que nos disminuye a los ojos de ellas.

Ni se diga lo que sucede una vez se apagan las luces. ”Machos” que todos los fines de semana llegan borrachos, con su aliento agrio etílico, con los deseos sexuales disparados y sólo busca su placer. Un cuerpo de mujer a ser tomado por asalto para satisfacer a la bestia, y la bestia si acaso aguanta 5 minutos cuando ya ha eyaculado y después se escurre babosamente dejando a su pareja mirando lejos en la oscuridad. Cuando la mujer se niega es una de las causas de la ”violencia doméstica” -que no tiene nada de doméstica-, a la que se suma la situación de celos y económica de la pareja (diferente es la del ”rico” que es violentador consuetudinario de su pareja, generalmente de menor poderío económico que el ”macho, machote, gran maricote”).

Evidentemente que hay otra forma de ”vencer al enemigo”, es decir, vencer a la mujer para vencer al gallardo hombre que lucha por su familia. La mujer es víctima del Conflicto Interno Colombiano y ésta problemática ha sido asumida por Allende La Paz en sus artículos ”Mujer y el Conflicto Interno I” y ”Mujer y el Conflicto Interno II” (Ver abajo). Según algunos investigadores consignan en sus investigaciones ”en la guerra, al hombre lo matan, a la mujer... la violan”, lo cual ha sido variado en el conflicto interno colombiano: ”En la guerra, al hombre lo matan; a la mujer... la violan, para después matarla”.

Es sabido que las violaciones de mujeres relacionadas con el conflicto interno corre por cuenta de las fuerzas militares-narcoparamilitares del estado (”braguetas rápidas”). Son miles las denuncias que hacen las mujeres víctimas de éstas violaciones, las cuales caen en saco roto porque en éste sistema una mujer violada es poca cosa. Es dramático el caso de las mujeres desplazadas (el 80% del total de desplazados) que han sido víctimas del asalto carnal de los ”heroicos” narco-paramilitares y militares del estado, como para dejar una marca indeleble en su cerebro, además del despojo de su tierra y el asesinato de sus maridos, hermanos, padres, etc.

En ese orden de ideas, queremos señalar que la solución defintiva será, siempre lo decimos, con la superación del sistema capitalista. Lógicamente que debemos luchar por las banderas de lucha de las mujeres, así como luchamos por las de los hombres, y las del pueblo en general, y nostros los hombres debemos poner nuestro ”granito de arena” no sólo luchando con ellas por las objetivos generales del pueblo, por las reivindicaciones propias de cada género, sino haciendo desaparecer el ”fantasma del género” en las relaciones de pareja del pueblo. Debemos recordar que como dice un investigador colombiano: ”En la sociedad hay contradicciones antagónicas y no antagónicas. Las antagónicas las superaremos dialécticamente con la lucha del pueblo y el cambio de sistema. Las no-antagónicas las superamos dialógicamente mediante la racionalización, el diálogo y, sobre todo, el amor”.

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Mujer y Conflicto Interno I

Las mujeres víctimas del conflicto interno colombiano. En el 2002, 866 mujeres perdieron la vida víctimas de masacres, homicidios selectivos, desaparición forzada y muertes en la confrontación armada.

Las mujeres, junto a los niños, son las víctimas más dolorosas del conflicto interno que sacude a Colombia, conflicto que en su última etapa lleva más de 41 años. Desde 1964, cuando se agredió a Marquetalia, con el Plan LASO, a 48 campesinos -46 hombres y 2 mujeres-, la mujer es la primera víctima del conflicto armado interno colombiano. 48 hogares destruídos que hoy representan a miles de miles de colombianos y colombianas que padecen la agresión de las fuerzas estatales y para-narco-estatales que cumplen al pie de la letra los dictados imperiales.

Dice Amnistía Internacional en su informe del 2004: “El 6 de octubre, presuntos paramilitares mataron a tiros a la dirigente comunitaria Teresa Yarce en el área de la Comuna 13 de Medellín. Las fuerzas de seguridad la habían detenido en noviembre de 2002 sin que hubiera contra ella ningún cargo, y posteriormente fue amenazada, todo esto después de haber informado sobre violaciones de derechos humanos cometidas durante una operación efectuada por las fuerzas de seguridad en la zona.”
Cuánto sufrimiento, cuánto dolor, cuánta sevicia, cuánta sangre derramada por defender los intereses de una oligarquía parásita y de un imperio que quiere apoderarse de nuestros recursos naturales, de nuestros hijos e hijas, de nuestra biodiversidad, de hasta nuestros genes, y para ello le importa lo más mínimo asesinar el recinto sagrado de la vida: la mujer.

Hoy quiero mostrar el papel de la mujer como víctima del conflicto interno y como luchadora por un mundo mejor, particularmente durante la administración del personero de la mafia de la Casa de Nariño, el “Don” Álvaro Uribe Vélez.
Presento resumidos algunos datos de informes de organizaciones de Derechos Humanos, como el Comité Permanente de los Derechos Humanos (CPDH), Amnistía Internacional (AI), y de la Red Nacional de Mujeres, que nos muestran la aterradora y cruel realidad que viven las mujeres del pueblo en Colombia. Más información se puede conseguir en las páginas web de las mencionadas organizaciones (Ver www.anncol.org/, en enlaces).
 
Dice el CPDH en su Informe del 2002: “Punto especial es el registro y análisis de la situación de las mujeres víctimas de violaciones de derechos humanos. El seguimiento territorial y la composición social, son aspectos que permiten observar de un lado la profundidad del conflicto interno que vive el país y, de otro lado, el papel cada vez más destacado de la mujer colombiana en los diversos escenarios de acción por la dignidad humana, por lo cual se convierte en objetivo de los cometidos contra los sectores y fuerzas sociales que propugnan por una patria mejor.”

Mujeres víctimas de violaciones de derechos humanos

Dice el CPDH que “fueron víctimas en masacres, de homicidios selectivos, desapariciones forzadas y de ataques a población civil, 866 mujeres, durante el año 2.002, que representan el 10,42 del total de estos registros. Estos datos se discriminan en 218 mujeres muertas en masacres, que son el 9,94% del total de víctimas en este tipo de crimen; el 8,63% de los homicidios selectivos, 435 casos, fueron mujeres; 103 mujeres, el 14,03%, de las desapariciones forzadas tuvieron como objeto a mujeres y la mayor proporción fue de mujeres muertas en ataques a población civil, que alcanzó la cifra de 110, que representan 31,79% de las personas civiles fallecidas en medio de la confrontación armada.

En todos los casos examinados la cuota fatídica de mujeres ha aumentado. En masacres creció 1,26%, en homicidios selectivos aumento 0,62%, en desapariciones forzadas prácticamente la cifra se duplico, puesto que aumentó 6,55%.”

Mujeres afectadas por Masacres 


De las 218 mujeres víctimas en masacres (2002), de 79 (36.4%) no se tiene información acerca de su vínculo social. Eran mujeres campesinas 74, que representan el 34,1%. Del sector de servicios fueron víctimas 33 mujeres, esto es 15,2%. 27 mujeres fueron registradas como de otros sectores sociales, representando 12,4% de la composición social de víctimas de masacres.

Nótese que ninguna de las víctimas fue de clase alta, evidencia de que son las mujeres del pueblo las víctimas del conflicto interno.

Los presuntos responsables son las fuerzas narcoparamilitares a quienes se atribuyen 116 casos (54 %); las fuerzas militares, 9 casos (4%) y grupos armados no identificados 51 mujeres (23%), es decir a las fuerzas militares-narcoparamilitares se les atribuye el 58% de los casos, que sumado al 23% de grupos no identificados, serían 81% responsabilidad del Estado por acción u omisión.

A las fuerzas guerrilleras se les atribuyen 42 casos (19%).

Mujeres víctimas de Homicidios Selectivos


Las mujeres fueron víctimas de homicidios selectivos en el 2002 en 435 casos (8,65% del total de casos). En 28 departamentos –de 31 que tiene el país- ocurrieron los casos, siendo la tasa más alta en el departamento de Arauca (18,8 por cada 100), que significa que 23 mujeres fueron asesinadas en condiciones que comprometen la responsabilidad del Estado, que manifiesta el control social y político sobre la población, a través del terror de la muerte amparada en la impunidad que brinda la política de “Seguridad Democrática”.

Norte de Santander le sigue a Arauca. Allí  68 mujeres, que representan una tasa de  9,8 por cada 100 mujeres del departamento, fallecieron víctimas de este tipo de crimen. Con 17 víctimas mujeres está el departamento de Caquetá, representando la tercera tasa, con 8,2 por cada 100 mujeres. Le sigue el Huila, donde 35 mujeres fueron objeto de este crimen, lo que significó en esta región una tasa de 7,5.

El número de mujeres víctimas de homicidios selectivos en los demás departamentos, fue: Antioquia 106, Atlántico 6, Bogotá 4, Bolívar 3, Boyacá 2, Caldas 7,  Cauca 21, Choco 3, Cesar 11,  Córdoba 9, Cundinamarca 8, Guaviare 2, La Guajira 1, Magdalena 19, Meta 2, Nariño 4, Quindío 1, Risaralda 17, Santander 24, Sucre 1, Tolima 19, Valle Del Cauca 20, y Putumayo 2.

De las 435 mujeres, de 155 mujeres no se obtuvo información acerca de su vínculo social, representando la mayoría de los casos, al alcanzar el 35% de esta estadística. Mujeres campesinas fueron las principales víctimas, llegando a la lamentable cifra de 107, el 25%. Otra cuarta parte de víctimas, el 24%, eran mujeres vinculadas al sector de servicios, lo que significa que 103 de ellas fueron asesinadas. 12 eran dirigentes sociales o políticas y 49 pertenecían a otros sectores sociales.  Del sector secundario de la economía, 9 fueron víctimas de este crimen.

Tampoco se presentan mujeres víctimas de homicidios selectivos en la clase alta.

La responsabilidad de homicidios selectivos fue atribuida a fuerzas narcoparamilitares en el 43%, 187 casos. A la fuerza Pública se le imputa la autoría en 10 casos (2,3%), es decir, 45,2% responsabilidad de las fuerzas militares-narcoparamilitares, que sumados al  37,5% (163 casos) en donde no se pudo establecer la identidad de los presuntos responsables, sumaría 82,7% responsabilidad del Estado por acción u omisión. 

Las fuerzas guerrilleras, se les atribuye el homicidio de 75 mujeres (el 17.2%.)

Mujeres víctimas de desapariciones forzadas


El 14,03%, de las desapariciones forzadas tuvieron como objeto a mujeres (103 mujeres). De ellas, doce en el departamento de Arauca, una tasa de 9,8 por cada 100 mil mujeres de esta región. Más mujeres fueron desaparecidas en Norte de Santander (18 víctimas), la tasa respecto de la población femenina es de 2,6. Le sigue en gravedad frente a este crimen de lesa humanidad, el departamento de Nariño, donde son víctimas 16 mujeres.

De las 103 desaparecidas, 45,6% (47 mujeres) están vinculadas a labores del campo. De 30 de ellas no se tiene información sobre su condición social. El sector de servicios 11 mujeres fueron objeto de desaparición forzada. Doce pertenecen a otros sectores. Y tres son el sector secundario de la economía.

Nuevamente, las clases media y alta no presentan víctimas.

A grupos paramilitares se atribuye la responsabilidad por la desaparición de 63 mujeres (61%). A grupos armados no identificados se imputan 38 mujeres desaparecidas. Y al Ejército se le atribuyen 2 casos. O sea, que el 100% es responsabilidad del Estado por acción u omisión

Mujeres víctimas en ataques a poblaciones

“El caso más destacado es la población civil afectada por los combates entre las FARC-EP y paramilitares en el municipio de Bojayá, Chocó, donde perecieron 56 mujeres (48% del total de víctimas), que representan una proporción de 28 mujeres victimadas por cada 100 mil mujeres del departamento. En el departamento de Caquetá 8 mujeres fueron muertas en estas circunstancias, mientras que en Guaviare dos. En los restantes 10 departamentos donde hubo mujeres víctimas de ataques indiscriminados, se registraron los  siguientes número de casos: Antioquia 18, Arauca 2, Bogotá 9, Bolívar 1, Boyacá 1, Caldas 3, Córdoba 4, Cundinamarca 1, Magdalena 1, Norte del Santander 2, Risaralda 1, y en Tolima un caso.”

La mayoría de las mujeres que perdieron la vida en ataques contra poblaciones eran campesinas, el 65%, esto es 73 mujeres. Del total de víctimas 11 eran estudiantes, 3 trabajan en su hogar, una era trabajadora en la industria, otra empresaria y otra profesional. De 20 casos no se obtuvo información.

Nuevamente son las mujeres del pueblo las que padecen las consecuencias del conflicto interno colombiano.

La segunda parte

En la segunda parte daremos un vistazo –aterrados- de la magnitud del drama que viven las mujeres del pueblo durante el año 2.003, por cuenta del conflicto interno, el mismo que el “Don” Uribe dice no existe en Colombia.
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Mujer y Conflicto Interno [II]

Las mujeres víctimas del conflicto interno colombiano. En el 2002, 866 mujeres perdieron la vida víctimas de masacres, homicidios selectivos, desaparición forzada y muertes en la confrontación armada. La lucha que desarrolla la mujer del pueblo por su liberación, sean campesinas, amas de casa, estudiantes, educadoras, defensoras de derechos humanos, sindicalistas, las convierte en objeto de persecución y blanco militar de las fuerzas militares-narcoparmilitares.

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Las mujeres en el gobierno de Uribe Vélez

Las mujeres han sido atacadas con particular sevicia durante la administración del “Don” Uribe. Las cifras recopiladas por las organizaciones de defensores de derechos humanos en medio de dificultades y persecuciones, demuestran que obedece a planes institucionales, no son casos aislados.

Dice el CPDH en su Informe del 2.003: “Pese a que la proporción de mujeres víctimas de las diferentes modalidades de crímenes, en comparación con los hombres, es baja, revela como los niveles de violencia en contra de las mismas se mantiene en el promedio de los últimos años. De todas formas la mujer colombiana sufre los impactos de la violencia cuando su familia es desplazada, su esposo o familiar es asesinado o desaparecido y debe asumir como madre cabeza de familia las responsabilidades de la sobrevivencia, situación indicativa de los niveles de degradación del conflicto, así como de su extensión.

Las mujeres han sido especialmente víctimas de detenciones arbitrarias en un 30% de los casos ocurridos contra ellas, seguido de los homicidios políticos 25,9%, las masacres 17,8%  y las amenazas políticas 17,7%.” 

Mujeres afectadas por Masacres


El departamento que presenta el mayor número de víctimas es Antioquia, y en el Valle del Cauca, Caquetá, Bogotá, Arauca y Norte de Santander, se presentaron notorios incrementos en el número de víctimas de masacres, y son también los que presentan unos de los mayores porcentajes, en proporción superior al 41%.

El CPDH, donde se ha podido establecer la ocupación o sector social de las víctimas, que en el caso de las mujeres son 71 de cada 100, se tiene los ataques se han dirigido especialmente contra campesinas en un 45,2%, seguida de amas de casa 11,6% y estudiantes el 9,4%.

Las mujeres del pueblo siguen siendo las víctimas de las masacres, siendo fundamental resaltar que las mujeres de clase alta no son víctimas de esta forma de exterminio.

En relación con los responsables, existen mayores niveles de ocultamiento de los autores, pues 37 de cada 100 casos, el grupo autor de los hechos no se encuentra individualizado.

En los casos en que ha sido posible establecer la responsabilidad, el 66% de los casos es atribuible a la acción del Estado, bien directamente a través de la Fuerza Pública (3%) o de los grupos paramilitares (63%), es decir, el 66% de todos los casos.

En los casos donde existe individualización de la responsabilidad el 34% de los casos donde han sido víctimas las mujeres, son atribuibles a la acción de las guerrillas.

Mujeres víctimas de Homicidios Políticos


Del total nacional de víctimas de homicidio político que pudo ser recopilado por el CPDH, el 8,48% corresponde a mujeres, en el departamento de Antioquia (20%), Norte de Santander (14%), Magdalena (8,77%), Tolima (6,6%) y Santander (5,96%). Durante los dos últimos años, fecha en la cual inició la clasificación el CPDH por género, se observa que el número de crímenes en contra de mujeres mantiene un promedio porcentual.

En 76 de cada 100 casos, se ha podido establecer la ocupación o sector social de las víctimas, al igual que con las víctimas de masacres, una proporción cercana al 50% de los casos, son las campesinas (28,2%) y las amas de casa (21,3%).

Sobresalen las educadoras, las dirigentes cívicas y comunitarias, las estudiantes, sindicalistas y defensoras de derechos humanos, que dentro del total de mujeres representan el 20%. Mujeres de pueblo que luchan por sus reivindicaciones y derechos. Ninguna mujer de clase alta ha sido víctima de homicidio político.

En 62 de cada 100 casos no se ha podido establecer la autoría. Donde ha sido posible establecer dicha autoría, se tiene que el 80% de los casos es atribuible al Estado (74% paramilitares y 6% Fuerza Pública), mientras que presumiblemente un 20% corresponde a las guerrillas.

Mujeres víctimas de Homicidio Societal


Un total de 20 mujeres fueron asesinadas por razones de intolerancia social, el mayor numero de casos se presenta en el Valle del Cauca (25%), Huila (15%), Norte de Santander (15%) y Risaralda (15%).

En 70 de cada 100 homicidios societales en mujeres ha sido posible establecer la ocupación de las víctimas, el 46,6% corresponde a marginadas sociales, seguido de trabajadoras independientes en un 13,3 %; el 13,3% corresponde a menores de edad.
Los homicidios societales resultan ser los que presentan un mayor nivel de falta de información sobre los presuntos responsables de los mismos, siendo en un 80% de los casos el autor desconocido. El restante 20% se distribuye entre paramilitares (15%) y Ejército (5%).

Mujeres víctimas de Desaparición Forzada


Durante el año 2003, 65 mujeres fueron objeto de desaparición forzada, lo que equivale al 14% de los crímenes del total nacional.

El departamento de Tolima con un 12,3% ocupa el primer lugar (tercero en el total de desapariciones nacional, es el primero en este tipo de crímenes contra las mujeres, situación similar a la ocurrida en el Huila, que dentro del total nacional ocupó el lugar número 12, y contra mujeres comparte el segundo lugar), y le siguen Antioquia, Arauca, Bolívar, Huila, con un 9,2% en cada uno de ellos.  

En el 84% de los casos no fue posible establecer la ocupación o sector social de las víctimas, al igual que ha ocurrido con las masacres y homicidios políticos, el sector social especial víctima de este crimen de lesa humanidad son las campesinas en un 48,1%, seguidas de las estudiantes en un 12,9% y las amas de casa en un 9,26%. No hay víctimas de la clase alta en la desaparición forzada.

Por la forma en que han sido ejecutados los crímenes, y el tratamiento dado por los medios de comunicación y el ocultamiento de la identidad por parte de los victimarios, en el 46% de las desapariciones ejecutadas contra mujeres, el grupo autor de las mismas no se encuentra identificado, aun cuando sabemos que este es un típico crimen del Terrorismo de Estado.

Amenazas Políticas


Durante el año 2003, 192 mujeres fueron objeto de amenazas por razones políticas, lo que representa un 21,9% del total nacional.

Se presentaron con mayor intensidad en Santander, Arauca, Bogotá, Antioquia y Tolima, resaltando como el departamento de Santander que presento tasas intermedias en el total nacional, resulta ser el mayor en el número de amenazas contra mujeres, por razones sociales o políticas.

En el 98% de los casos fue posible establecer la ocupación de las mujeres víctimas, y a diferencia de lo ocurrido con las masacres, homicidios políticos y desapariciones forzadas, el sector privilegiado para hacer víctima de estas amenazas son las educadoras (16%), seguidas por las defensoras de derechos humanos (11,7%), campesinas (11,2), sindicalistas (6,9%) y periodistas (6,4%). Son las mujeres que luchan y denuncian las víctimas.

En 80 de cada 100 amenazas ocurridas ha sido posible establecer la presunta responsabilidad de los autores de amenazas políticas, el 86% de los casos es atribuible al Estado (paramilitares 74% y Fuerza Pública 12%), mientras que a la guerrilla corresponde un 13%.

Violencia contra las mujeres 

* El 15 de julio, más de 10 soldados encuadrados en la IV Brigada violaron a dos jóvenes de 16 y 17 años en el municipio de Sonsón, departamento de Antioquia. Algunos de los soldados, según los informes, amenazaron a las jóvenes y a sus familiares cuando éstos dieron cuenta de la violación a la Fiscalía General de la Nación.

Los narco-paramilitares colombianos apuntan ahora contra las mujeres, nos dice  Guarino Caicedo N., en artículo que reseñamos a continuación:

“En un dramático 133% aumentó la violencia sexual contra las mujeres colombianas por parte de los paramilitares, denunció la Red Nacional de Mujeres. También se incrementó en 125 % las torturas contra el sexo débil.

…Entre julio del 96 y el mismo mes del 2004, 2.110 mujeres murieron por causas violentas. De las anteriores, el 7% fue por acción de agentes del Estado; el 62 % por omisión del gobierno.

…Cientos de miles de mujeres colombianas han sido obligadas a dejar sus hogares a causa de la violencia y amenazas de grupos armados. Según estadísticas del Gobierno, más de la mitad de los 2 millones de desplazados internos registrados por la Red de Solidaridad Social son mujeres. Muchas de ellas han sido víctimas de la violencia sexual y muchas han tenido que asumir el papel de cabezas de familia a causa de la muerte o desaparición de sus esposos. De cada 10 familias desplazadas, 4 tienen a una mujer como cabeza, mientras que en las familias no desplazadas la cifra es del 28%.

…Un estudio reciente que muestra que 52.3% de las mujeres desplazadas han sido víctimas de violencia doméstica, comparado con 41.1% entre las mujeres no desplazadas”.

La lucha de la mujer colombiana


 La mujer en la burguesa sociedad colombiana soporta la triple explotación: como trabajadora, como ama de casa y como compañera sexual. Sin embargo, sabemos que la liberación de esa triple explotación sólo se dará en una nueva sociedad, en donde hombre y mujer vivan armónicamente sin diferenciación de género ni económica-social.

La lucha que desarrolla la mujer del pueblo por su liberación, sean campesinas, amas de casa, estudiantes, educadoras, defensoras de derechos humanos, sindicalistas, las convierte en objeto de persecución y blanco militar de las fuerzas militares-narcoparmilitares, que las asesinan con sevicia, incluso destazándolas, abriéndoles el vientre con machetes y motosierras, como queriendo extirpar y hacer desaparecer de la faz de la tierra el germen de la lucha por un mundo mejor, por una Colombia en paz, con justicia social, soberanía nacional e independencia.

La degradación del conflicto interno colombiano ha corrido por cuenta de las fuerzas militares-narcoparamilitares que no se detienen ni ante una mujer, expresión de lo más sagrado que tiene una sociedad. Cuando las fuerzas que representan un Estado llegan a tal grado de inhumanidad, definitivamente están perdidos, están derrotados.

Así planteadas las cosas, dicen algunos estudiosos del tema que las mujeres del pueblo seguirán luchando, sabiendo y aplicando el dicho popular de “da que te vienen dando!”.

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